viernes, 29 de junio de 2012

Pastel Degradado de Frambuesa

Paula ha cumplido un año, que rápido pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando fuimos a verla a ella y a su mami al hospital y ya tiene un añito... 


 Paula es una princesita muy especial, nos ha hecho sufrir a todos, pero nos ha demostrado que es una campeona, una niña super fuerte, con carácter pero dulce como un algodón de azúcar. A mi me tiene el corazón robado, sobretodo con esos abrazos que te dá, que te derriten el corazón. 


 Como la quiero un montón, a ella y a sus papis, para su primer cumpleaños quise hacerle un pastel tal dulce y bonito como ella, y como toda la decoración que había comprado su mami era en blanco y rosa, pues no debía desentonar la tarta. 



 Hacía poco que Bea había publicado su Raspberry Ombre Cake y yo me había enamorado de él, tan rosa, tan bonito, tan perfecto, era la tarta ideal para Paula, la receta es básicamente la misma, sustituyendo la pasta de frambuesa por puré de frambuesa y un poquito de colorante para subir la intensidad del color. La decoré con fondant, ya que me pareció más adecuado para una fiesta infantil.


Ingredientes

375 g harina
1 cucharada polvo de hornear
1/2 cucharadita sal
250 g mantequilla
350 g azúcar
4 huevos L
1 cucharadita de pasta de vainilla
250 ml leche
30 g puré de frambuesa
mermelada de albaricoque para unir las capas de bizcocho
colorante rosa (Yo utilicé el Magenta de McCormick que es líquido pero el Claret de Sugarflair en pasta debería servir)

Elaboración

  • Precalentamos el horno a 180º.
  • Engrasamos con aceite o con spray especial 4 moldes desmoldables de 18 cm. y prepararlos con papel de hornear en la base. (Yo solo tengo uno en estos momentos así que horneo 4 veces)
  • Tamizamos  la harina, el polvo de hornear, la sal y reservamos.
  • Mezclamos la leche con la pasta de vainilla, reservamos.
  • Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que blanquee.
  • Añadimos los huevos uno a uno, hasta que cada uno quede integrado a velocidad baja. 
  • Añadimos un tercio de la mezcla de la harina y batimos. Añadimos la mitad de la leche y continuamos alternando los ingredientes terminando con la harina.
  • Dividimos la masa en cuatro partes iguales y la colocamos en cuatro recipientes. 
  • Una de las partes la podemos colocar directamente en su molde, alisamos bien la superficie con una espátula para que suba uniformemente.
  • Dividimos el puré de frambuesa natural en dos partes. A una parte de la masa le añadimos una mitad del puré y mezclamos bien. Volvemos a dividir lo que queda de la masa en 2 partes y se lo añadimos a la siguiente y mezclamos bien, lo que nos queda lo volvemos a dividir en 2 y le añadimos una parte a la masa. De esta manera cada parte contiene el doble de puré que la siguiente (no sé si me he explicado bien). Como no nos habrá quedado muy rosa y si nos pasamos de puré la masa se estropeará, yo utilicé un colorante líquido color magenta que me compré en un viaje a Canadá que viene en cuenta gotas, la marca se llama McCormick y es super pigmentado (nada que ver con los líquidos de España, así que yo aquí recomiendo el Claret de Sugarflair). Y usé el mismo procedimiento que con el puré de frambuesa, cada parte el doble de gotas de colorante que el anterior. Empecé por el claro, una gota, 2 gotas, 4 gotas... y así hasta obtener el color deseado (yo usé 2, 4, 8)
  • Horneamos en el horno precalentado durante unos 25-30 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga totalmente seco.
  • Dejamos enfriar sobre una rejilla durante 10 minutos, desmoldamos, damos la vuelta, dejamos enfríar totalmente sobre una rejilla.
  • Cuando estén totalmente fríos, los envolvemos en papel film transparente, y los metemos de un día para otro en la nevera para que se asiente la miga (este truco de Bea es imprescindible para que quede perfecto).


Montaje

Como mi tarta estaba cubierta de fondant, y este tiende a resecar el bizcocho preparé un almíbar con una parte de azúcar, una de agua y unas gotas de esencia de frambuesa y humedecí las 4 capas del bizcocho con él.

Cada capa se une a la siguiente con 1-2 cucharadas de mermelada de albaricoque, es la que menos color y sabor introduce, actúa básicamente como pegamento, y el saborcito, como tampoco ponemos mucha cantidad no se nota ni mata al de la frambuesa.

La cobertura que yo utilicé, como era para esa misma tarde fue una nata montada con puré de frambuesa, no es lo ideal para una tarta de fondant (y con estos calores menos) pero no me apetecía nada ponerle buttercream a esta tarta, la verdad es que con la nata queda muy muy fina.

Luego simplemente decorar con fondant, yo utilizo sodifier o funcakes en blanco y luego tiño.

Este pastel es quizá un poco entretenido de hacer, pero vale la pena, tiene una textura muy sabe y esponjosa, y lo de que tiene un corte precioso no hace falta ni decirlo. Yo lo recomiendo totalmente.

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