lunes, 14 de abril de 2014

Torrijas de mi abuela

Cuando estamos lejos de casa no sé porqué pero nos da por retomar tradiciones, que antes no les dabas la menor importancia, pero con tantos kilómetros de por medio te recuerdan al hogar y esa morriña parece que se disipa un poco.

Mis niños y yo vamos a un playgroup de mamás españolas, la verdad es que está muy bien, los niños juegan, se comunican en el idioma de la madre, en mi casa no pasa porque los dos hablamos español y catalán, pero en muchos hogares, la pareja no es española y hay niños que ven la lengua de la madre como algo extraño y ajeno a su mundo, por lo que de esta manera lo ponen en práctica y ven que no sólo lo habla su madre. Y a las madres también nos va muy bien, nos reunimos, charlamos en nuestra lengua, disipamos dudas, nos tomamos un cafecito y hacemos amistades...



Pues como se acerca pascua en este grupo decidimos hacer unas actividades para los niños, decorar huevos de pascua y hacer una caza de huevos para los más mayores y para las mamis, pues yo llevé unas torrijas para merendar, la idea no fue mía, pero alguien lo propuso y como cuando se trata de cocinar dulces no hace falta mucho insistirme, pues me puse manos a la obra.

Supongo que recetas de torrijas hay muchas y depende de la zona geográfica de donde eres las recetas varían, de hecho en Cataluña no son típicas pero mi madre que es de Cantabria tiene una receta que le enseñó mi abuela que me encanta. En casa en realidad se hacen por nochebuena, pero bueno, torrijas dos veces al año tampoco está mal no?

Ingredientes


1 barra de Pan de medio (estas la barra es tipo baguett que es el único tipo de pan decente que encuentro por eso salen pequeñitas)
1 litro de leche
1 taza de azúcar blanquilla
3 vainas de canela en rama
la piel de un limón (o naranja)
3 huevos

Para el almíbar


1/2 litro agua
1 taza de azúcar moreno
1 cucharadita (colmada) de canela en polvo
un chorrito de anís


Preparación


Necesitamos que el pan esté duro, yo lo corto a rebanadas tierno y lo dejo secar uno o dos días, tampoco tiene que estar tan duro como para desmenuzarse.

Ponemos a hervir la leche con el azúcar, la canela en rama y la cáscara del limón, cuando empiece a subir retiramos del fuego y dejamos templar.

Ponemos las rebanadas de pan en un recipiente adecuado, yo utilizo una bandeja de Pírex grande de unos 7cm de profundidad. Bañamos el pan con la mezcla de leche que hemos hecho y dejamos que chupe el líquido durante un rato.



Batimos 3 huevos y reservamos. Ponemos aceite a calentar en una sartén para freír, yo utilizo aceite vegetal, que tiene un sabor más suave que el de oliva, aquí uso aceite de canola, creo que es el de colza que en España no se comercializa por la intoxicación que se produjo en los años 80 en la que murieron 1100 personas y que no quedó claro el orígen, hay quien dice que era de tipo industrial, otros que estaba contaminado... lo que ha hecho que en España nadie lo compre a día de hoy, pero en el resto del mundo si que se utiliza, es especialmente recomendable para freír porque aguanta altas temperaturas. Pero el aceite de girasol o el de maíz sirven igual.

Preparar una bandeja y cubrir el fondo con azúcar blanquilla.

Una vez tenemos las rebanadas bien mojaditas las sacamos del recipiente, las pasamos por el huevo y freímos por las dos caras (si te gustan un poco más secas puedes escurrir el exceso de leche, yo no lo hago), a mi personalmente me gusta que tomen un tono doradito suave, no demasiado tostado, pero eso va a gustos. Sacamos las torrijas de la sartén y las vamos depositando en la bandeja con azúcar que teníamos preparada. Espolvoreamos más azúcar por encima.


Ahora es el turno del almíbar


El almíbar es totalmente opcional, a mi me gustan mojaditas porque están muy muy jugosas, pero hay quien las prefiere más secas, así que simplemente es un toque personal, mucha gente no lo hace.

Ponemos en un cazo el agua, el azúcar, la canela en polvo y el chorrito de anís lo llevamos a ebullición y dejamos que reduzca unos 10 minutos, veremos que el tono se hace más marroncito y espesa un pelín, pasando de agua a líquido aterciopelado. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.

 Como en Nueva Zelanda he sido incapaz de encontrar licor de anís de ningún tipo he hecho un apaño que no ha quedado mal. En vez de agua he hecho una infusión de anís estrellado, le he añadido el resto de ingredientes y he preparado así el almíbar, quizás es menos intenso el sabor pero también es apto para todos los públicos.

Bañamos las torrijas con el almíbar y a dejar enfriar, yo cuando están templadas las meto en la nevera, fresquitas están muy ricas y como llevan leche me da no se que dejarlas fuera, no vaya a ser que se corte.



lunes, 17 de febrero de 2014

Tarta de pera y frutas del bosque

Por estos lares, en la salida de los supermercados siempre hay como un stand de Wattie's (nombre que reciben la mayoría de conservas de Heinz en Nueva Zelanda) con un montón de recetas sencillas, se llaman "food in a minute", no es que se tarde un minuto en hacerlas pero no son demasiado complicadas de hacer y siempre cojo uno u otro papelito para probar, también es una manera de saber que se cocina por aquí y así ampliar mi "fondo de armario" culinario con ingredientes fáciles de encontrar aquí. Porque aunque vivimos en un mundo globalizado y podamos pensar que hay de todo en todas partes no es así! Por ejemplo, en Nueva Zelanda no hay pasta de sopa! No, no hay, tenemos, macarrones, espaguetis, espirales... pero pasta de sopa no, y sopa si se come, aunque no como la entendemos nosotros, sopa de caldo con pasta, aquí las sopas son de cosas (verduras, pescado, marisco) y serían más nuestras cremas que nuestras sopas... supongo que son maneras diferentes de entender la cocina. 

Bueno, después de contar esta curiosidad vamos a por lo que tenemos entre manos. Este fin de semana pasado, unos amigos nos invitaron a una barbacoa, deporte nacional en Nueva Zelanda, hasta que no tienes una no eres Kiwi. Aquí cuando te invitan a una BBQ lo normal es cada invitado lleve un plato, y yo como soy de postres pues decidí usar uno de esos papelitos que voy cogiendo y experiment)ar con una tarta que tenía una pinta buenísima!


Otra curiosidad que os voy a contar de aquí, incluso hay restaurantes que lo hacen, cuando veáis que pone BYO (Bring Your Own) quiere decir que te lleves tu la bebida que quieras, y es que para poder vender alcohol hay que pagar una licencia especial y no todos los restaurantes se pueden permitir pagarlo. Como en general el alcohol es caro, pues cada uno se lleva para su autoconsumo y cada uno paga lo que bebe. 

Ais! que me ando por las ramas, la receta de hoy se llama "Pear & Boysenberry Shortcake" yo cambié la boysenberry que es un tipo de mora por frutas del bosque, más general.



Ingredientes


  • 1 1/4 tazas de harina
  • 1 1/2 cucharaditas de levadura de repostería
  • 1/2 taza de sémola de trigo*
  • 1/2 taza de azúcar cáster (aquí está en el súper pero sirve si pasas azúcar blanquilla por el molinillo de café o la Termomix)
  • 175gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 huevo L batido
  • 2 cucharadas soperas de leche fría
  • 1/2 taza de mermelada de frutos del bosque (a ojo, es para cubrir la base de la tarta)
  • 1 lata de conserva de pera en su zumo (yo creo que sirve 2-3 peras hervidas)


*Si no encuentras sémola de trigo o no la tienes a mano puedes sustituirla por 1/2 taza de harina, pero según la receta dice que hace que la tarta quede más crujiente.

Preparación


Calentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo.

En un bol mezclamos la harina, la levadura, la sémola, el azúcar caster y la mantequilla hasta que quede más o menos homogéneo. Si mezclas a mano y quedan grumos no pasa nada, yo usé una amasadora y la masa queda compacta pero homogénea.

Añadir el huevo batido y las dos cucharadas de leche (si eres alérgico a la leche se puede sustituir por agua fría). La mezcla quedará húmeda y un poco pegajosa.


Engrasaremos un molde de tarta de unos 23cm-25cm, yo uso este molde de IKEA, si, aunque en Nueva Zelanda no tengamos IKEA yo me lo llevé de España. Este molde es cómodo porque el fondo se desmonta y desmolda muy muy fácil. Reservamos un poco de masa y el resto la esparcimos por el molde, apretando ligeramente con las manos hasta cubrirlo por completo. Cogemos una cuchara sopera y cubrimos la masa con la mermelada, luego cortamos gajos de pera y vamos repartiendo por la superficie al gusto. Con la masa que hemos reservado se van cogiendo trocitos y se reparten también por la superficie de la tarta, se pueden hacer churritos e ir decorando en forma de rejilla o como se quiera.

Meter al horno usando la rejilla durante unos 30 minutos (yo la dejo luego 5 minutos más con el horno apagado pero caliente). La superficie tiene que estar ligeramente doradita. Dejar enfriar encima de una rejilla para que no se humedezca.



Está rica caliente con helado o bien fría, así que eso va a gustos. A disfrutar!

martes, 28 de enero de 2014

Magdalenas de turrón de Jijona

Entre una cosa y otra, el tiempo ha ido pasando, yo no he escrito nada y he horneado poco, desde mi última entrada (hace un añito ya más o menos) han pasado muchas cosas... Unos mellizos estupendos que son mi alegría, 3 mudanzas, aunque dentro de la misma ciudad, seguimos por aquí abajo... Cursos de inglés, exámenes, nuevas amistades, virus, constipados, peleas con la compañía de Internet (si, por aquí pasa igual que en España), visitas de familia y amigos, un viaje relámpago a España (un mesecito pero a mi se me ha hecho cortísimo!), y en ese viaje me traje turrón, y como nosotros dos solos no íbamos a comernos tanto pues aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, he hecho unas magdalenas de turrón de Jijona, y ya que las tenía por aquí y la receta fresca en mi cabeza, he visto el portátil, he hecho unas fotillos y aquí hay nuevo post, ale! Una serie de conjunciónes astrales más o menos ha hecho que vuelva a la blogosfera.



La verdad es que esta receta es muy sencilla, no hace falta una equipación especial, cualquiera puede hacerla facilmente y es excelente para aprovechar esos restos de turrón de una manera rica y apetecible.

Ingredientes


  • 2 huevos tamaño Jumbo (supongo que son los XL en España)
  • 200g de turrón de Jijona
  • 80 g de azúcar
  • 17g de levadura
  • ½ cucharadita de bicarbonato sódico
  • 200 ml de leche
  • 20 ml de aceite de girasol o oliva suave
  • 250 g de harina

Preparación

Encendemos el horno a 180º con calor arriba y abajo. 

Tan fácil como mezclar los líquidos por un lado (huevos, leche y aceite) y los sólidos por otro (azúcar, levadura, bicarbonato y harina) por otro. En el bol de los líquidos desmenuzamos el turrón, con los dedos mismo, yo lo he dejado con algunos trocitos porque me gusta encontrar trocitos. Mezclamos los líquidos con los sólidos, no hace falta batir demasiado, a mano podría hacerse, yo he usado una amasadora tipo Kitchen Aid (versión australiana) a velocidad baja (light mixing). También podríamos haber usado crema de turrón, el resultado es más fino y con una textura más homogénea.

Ponemos papelitos de magdalena en los moldes (si no se usan moldes poner dos papelitos y así y todo tenderán a abrirse) llenamos 3/4 partes del molde con la mezcla y al horno. Con unos 20 minutos de horno suele haber suficiente, pinchamos una magdalena para ver si el palillo sale limpio y listo! Dejamos enfriar fuera del molde encima de una rejilla para que no se humedezca el papel. En una caja metálica aguantan tiernas unos 4 días (más no han durado).

Con estas cantidades salen 12 magdalenas de tamaño normal (5-6cm de diámetro de base)





domingo, 9 de diciembre de 2012

Siento la ausencia...

Este post no va tener ninguna receta, solo quiero pedir disculpas a los lectores de este rinconcito de mi vida, hace 5 meses que no escribía nada y quiero explicar los motivos.

Este mes de julio se hizo realidad un sueño, uno que mi marido y yo perseguíamos desde hacía casi dos años y es que por fin seremos papás, la alegría que sentimos al ver el test positivo solo se vió incrementada cuando en la primera ecografía (ya estamos en agosto) nos dijeron que si, que íbamos a ser papas, pero que en vez de un bebé venían dos!

Que felicidad! sorpresa, conmoción familiar, pero mucha alegría, cuando persigues tanto un sueño y se hace realidad a veces te da miedo despertarte pensando que puede que solo sea eso, un sueño, pero no, este marzo-abril seremos papás de un nene y una nena. Se llamarán Aiden y Arwen, y aunque ahora tengo que hacer reposo absoluto soy muy feliz y espero con ilusión el tenerlos junto a mi bien pronto.

Son grandes noticias verdad? pues no se acaba todo ahí. El 4 agosto nos enteramos que seremos papás de gemelos y a la semana mi marido recibe una oferta para ir a trabajar a Nueva Zelanda, una oferta muy buena, la verdad. Después de pensarlo mucho, llorar por la incertidumbre tomamos la decisión de que sí, que lo dejamos todo y nos vamos a la otra punta del planeta, y es que seamos sinceros, la situación en España no está como para rechazar buenas ofertas en el extranjero, por muy lejos que esté.

Nos hemos pasado todo el mes de septiembre empaquetando nuestra vida en cajas, en octubre dejamos nuestro queridísimo piso vacío para los nuevos inquilinos, con mucha pena y nostalgia, la verdad, allí hemos pasado 5 años maravillosos, muchos recuerdos y es que ha sido nuestro primer hogar, que compramos, decoramos y amueblamos con muchísima ilusión, pensando que sería para toda la vida...

Hemos estado viviendo 1 mes en casa de mis padres y el 30 de octubre dejamos España para empezar una nueva vida en Nueva Zelanda, con mucha ilusión pero también miedos, seamos sinceros.

Hace ya casi un mes y medio que andamos por aquí, por la Tierra Media, y yo hace dos semanas que estoy recluida en la habitación de nuestro apartamento haciendo reposo por nuestros bebes, así que con todo este aburrimiento he decidido retomar el blog.

Tengo que estar en la cama estirada, así que hornear poco, pero como tenía recetas atrasadas empezaré por ahí.

Muchísimas gracias por leerme

viernes, 29 de junio de 2012

Pastel Degradado de Frambuesa

Paula ha cumplido un año, que rápido pasa el tiempo, parece que fue ayer cuando fuimos a verla a ella y a su mami al hospital y ya tiene un añito... 


 Paula es una princesita muy especial, nos ha hecho sufrir a todos, pero nos ha demostrado que es una campeona, una niña super fuerte, con carácter pero dulce como un algodón de azúcar. A mi me tiene el corazón robado, sobretodo con esos abrazos que te dá, que te derriten el corazón. 


 Como la quiero un montón, a ella y a sus papis, para su primer cumpleaños quise hacerle un pastel tal dulce y bonito como ella, y como toda la decoración que había comprado su mami era en blanco y rosa, pues no debía desentonar la tarta. 



 Hacía poco que Bea había publicado su Raspberry Ombre Cake y yo me había enamorado de él, tan rosa, tan bonito, tan perfecto, era la tarta ideal para Paula, la receta es básicamente la misma, sustituyendo la pasta de frambuesa por puré de frambuesa y un poquito de colorante para subir la intensidad del color. La decoré con fondant, ya que me pareció más adecuado para una fiesta infantil.


Ingredientes

375 g harina
1 cucharada polvo de hornear
1/2 cucharadita sal
250 g mantequilla
350 g azúcar
4 huevos L
1 cucharadita de pasta de vainilla
250 ml leche
30 g puré de frambuesa
mermelada de albaricoque para unir las capas de bizcocho
colorante rosa (Yo utilicé el Magenta de McCormick que es líquido pero el Claret de Sugarflair en pasta debería servir)

Elaboración

  • Precalentamos el horno a 180º.
  • Engrasamos con aceite o con spray especial 4 moldes desmoldables de 18 cm. y prepararlos con papel de hornear en la base. (Yo solo tengo uno en estos momentos así que horneo 4 veces)
  • Tamizamos  la harina, el polvo de hornear, la sal y reservamos.
  • Mezclamos la leche con la pasta de vainilla, reservamos.
  • Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que blanquee.
  • Añadimos los huevos uno a uno, hasta que cada uno quede integrado a velocidad baja. 
  • Añadimos un tercio de la mezcla de la harina y batimos. Añadimos la mitad de la leche y continuamos alternando los ingredientes terminando con la harina.
  • Dividimos la masa en cuatro partes iguales y la colocamos en cuatro recipientes. 
  • Una de las partes la podemos colocar directamente en su molde, alisamos bien la superficie con una espátula para que suba uniformemente.
  • Dividimos el puré de frambuesa natural en dos partes. A una parte de la masa le añadimos una mitad del puré y mezclamos bien. Volvemos a dividir lo que queda de la masa en 2 partes y se lo añadimos a la siguiente y mezclamos bien, lo que nos queda lo volvemos a dividir en 2 y le añadimos una parte a la masa. De esta manera cada parte contiene el doble de puré que la siguiente (no sé si me he explicado bien). Como no nos habrá quedado muy rosa y si nos pasamos de puré la masa se estropeará, yo utilicé un colorante líquido color magenta que me compré en un viaje a Canadá que viene en cuenta gotas, la marca se llama McCormick y es super pigmentado (nada que ver con los líquidos de España, así que yo aquí recomiendo el Claret de Sugarflair). Y usé el mismo procedimiento que con el puré de frambuesa, cada parte el doble de gotas de colorante que el anterior. Empecé por el claro, una gota, 2 gotas, 4 gotas... y así hasta obtener el color deseado (yo usé 2, 4, 8)
  • Horneamos en el horno precalentado durante unos 25-30 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga totalmente seco.
  • Dejamos enfriar sobre una rejilla durante 10 minutos, desmoldamos, damos la vuelta, dejamos enfríar totalmente sobre una rejilla.
  • Cuando estén totalmente fríos, los envolvemos en papel film transparente, y los metemos de un día para otro en la nevera para que se asiente la miga (este truco de Bea es imprescindible para que quede perfecto).


Montaje

Como mi tarta estaba cubierta de fondant, y este tiende a resecar el bizcocho preparé un almíbar con una parte de azúcar, una de agua y unas gotas de esencia de frambuesa y humedecí las 4 capas del bizcocho con él.

Cada capa se une a la siguiente con 1-2 cucharadas de mermelada de albaricoque, es la que menos color y sabor introduce, actúa básicamente como pegamento, y el saborcito, como tampoco ponemos mucha cantidad no se nota ni mata al de la frambuesa.

La cobertura que yo utilicé, como era para esa misma tarde fue una nata montada con puré de frambuesa, no es lo ideal para una tarta de fondant (y con estos calores menos) pero no me apetecía nada ponerle buttercream a esta tarta, la verdad es que con la nata queda muy muy fina.

Luego simplemente decorar con fondant, yo utilizo sodifier o funcakes en blanco y luego tiño.

Este pastel es quizá un poco entretenido de hacer, pero vale la pena, tiene una textura muy sabe y esponjosa, y lo de que tiene un corte precioso no hace falta ni decirlo. Yo lo recomiendo totalmente.

lunes, 25 de junio de 2012

Chai Tea Latte

Soy adicta a Starbucks y está acabando con mi economía...

Estos dias de recortes e incertidumbre laboral a la que todo español está expuesto son durillos, no estoy en el paro (de momento) pero al trabajar para la Universidad, aunque no soy funcionaria, si que he sufrido recortes de sueldo y derechos. Si solo fuera eso ni tal mal, pero cada dia surgen imprevistos y gastos, así que tienes que replantearte muchas cosas, entre ellas esos gastos innecesarios que son meros caprichos y que con poquito tiempo, ganas y creatividad puedes suplirlos tu de manera casera, y seguro que más sana.
Tengo que reconocer que la primera vez que pedí un Chai Tea Latte en Starbucks no las tenía todas conmigo, pero fue probarlo y caer rendida a su sabor entre dulce y picante, mmmmm, me encanta!

Tomarte un Chai en Starbucks (medida grande porque con el Tall te quedas a medias) son 4€, en verano fresquito está riquísimo con leche de soja, entonces ya cuesta 4.4€, si te pones a hacer números es escandaloso, si vas un par de dias a la semana, dos personas, durante un mes son más de 70€, con 70 € haces la compra de casi una semana, así que decidí ponerle imaginación y reducir un gasto...

Ahora en vez de tomar Chai dos veces a la semana lo tomo cada dia (para potenciar mi adicción) a veces dos veces al dia, pero ya no tengo remordimientos de conciencia, abro la nevera y lo tengo listo.


Ingredientes

5 tazas de agua
10 sobres de te negro (o roíbos si no tomas teína)
5cm de raíz fresca de gengibre cortada a trozos
2 estrellas de anís
1 rama de canela (partida por la mitad)
7 vainas de cardamomo
10 clavos de olor
1/2 cucharada de pimienta en grano (si lo quieres más intenso machácalas con el mortero)
1/4 de nuez moscada recién rayada
La piel de media naranja
1/2 taza de azúcar moreno
1 cucharada sopera de miel
1 cucharada sopera de esencia de vainilla (yo pongo 1/2 de pasta de vainilla)


Elaboración

Ponemos a hervir el agua, cuando hierva, retiramos del fuego, añadimos las especias, tapamos y dejamos reposar unos 15 minutos. Colamos la mezcla y añadimos la miel, el azúcar y la vainilla. Ya está listo. Para servir mezclar de 1/2 a 1 parte de Chai por 1 a 1+1/2 de leche. A mi en verano me gusta frío con leche de soja, y en invierno caliente, con espumita con leche normal. Espero que os guste!


PD: No es por falta de modestia, pero esta receta queda más rica que la de Starbucks y es todo natural, en cambio ellos usan un sirope, que está rico, pero es un concentrado...



domingo, 24 de junio de 2012

Coca de cacao y piñones

Por fin vuelvo a ser libre! después de 2 meses y medio de sequía bloguera he vuelto. La verdad es que no ha sido por gusto, el viernes entregué mi proyecto final de máster, y no he tenido tiempo para nada, bueno, si tengo que ser sincera, hornear si que he horneado, pero cuando me sentaba delante del ordenador era para escribir la tesina, así que en estos próximos dias, iré colgando las recetas que tengo acumuladas, y gracias a mi marido tengo fotos de ellas...

Como ayer fue la verbena de San Juan y aquí en Cataluña es típico comer coca, empezaré por la receta más reciente, hay muchos tipos de coca, pero se pueden dividir en dos grupos, las de hojaldre y las de briox. En esta ocasión mi receta es del grupo de las cocas de hojaldre.


Como aparte de estar liada con mi master, tuve un accidente laboral justo el mismo día que entregué la tesina... opté por la opción que menos trabajo me diera, y es que yo toda mona con mis sandalias le di una patada importante a una silla en la oficina, resultado, me he fisurado la base de mi dedo corazón del pie derecho, y estar de pie es algo doloroso.

La verdad es que esta receta es fácil y rapidísima, si tenéis una urgencia en 5 minutos de preparación y 15 minutos de horno está lista y deliciosa.


La receta es una adaptación de My Lovely Food pero en versión vegetariana. La coca más típica de todas en San Juan, es la coca de llardons, chicharrones en castellano, pero yo soy vegetariana, y a mi marido le dan mucho asquito así que decidí sustituir los llardons por cacao en polvo y así tener una deliciosa coca de cacao y piñones, y el resultado mmmmm delicioso!

Ingredientes

2 láminas de masa de hojaldre (las congeladas del Mercadona mismo)
2 cucharadas de cacao en polvo (yo usé valor que es el que tenía en el armario)
8-9 cucharadas de azúcar
100g piñones (somos adictos a los piñones)
1 huevo


Elaboración

Mezclamos el cacao en polvo con 6-7 cucharadas de azúcar y reservamos. Extendemos una lámina de hojaldre (previamente descongelado si no es refrigerado) espolvoreamos 2/3 de la mezcla de cacao y azúcar, sed generosos, sin miedo!. Cubrimos con la otra lámina de hojaldre, pintamos la superfície con el huevo batido, espolvoreamos con la mezcla que nos ha sobrado, espolvoreamos 2-3 cucharadas más de azúcar y los piñones. Con unas tijeras hacemos pequeños cortes alrededor de toda la masa de hojaldre. Al horno a 180º unos 15 minutos (hasta que esté doradita) y listo!.